Los avances tecnológicos nos brindan posibilidades de hacer cosas que antes no se pensaban y tienden a ofrecernos servicios que nos facilitan la vida. Pero, al mismo tiempo, también pueden resultar nocivas. Un sencillo mensaje de texto (o más bien muchos), por ejemplo, pueden causar riesgos para los adolescentes, así como el abusar de la vida en las redes sociales. Aquí te contamos por qué.
Casi todas las personas tienen un teléfono celular. Algunas, incluso dos. ¿Cuántos padres les negamos a nuestros hijos adolescentes ese aparato que nos permite comunicarnos con ellos en todo momento, que nos deja saber cómo están y si necesitan algo? Creo que pocos. La verdad, es que somos los padres los que en principio encontramos conveniente que nuestros hijos/as tengan un teléfono móvil para poder localizarlos en todo momento y para que les sirva a ellos en caso de emergencia.
No es una novedad que los teléfonos celulares, también conocidos como telefonía móvil se hayan expandido vertiginosamente a nivel mundial. Esta tendencia continúa y se incrementa a medida que aparecen nuevos equipos con más servicios de conectividad y funcionalidades más veloces que facilitan la interacción con los usuarios. iPhone, Blackberry, Smartphone. Como sea que se llamen, están ahí para que los usuarios estén “conectados” en todo momento.
Si te fijas, son los más jóvenes los que quizá se adhieren más a estas tecnologías y probablemente sean quienes más riesgos deben enfrentar... Los avances tecnológicos nos brindan posibilidades de hacer cosas que antes no se pensaban y tienden a ofrecernos servicios que nos facilitan la vida. Pero, al mismo tiempo, también pueden resultar nocivas. Un sencillo mensaje de texto (o más bien muchos), por ejemplo, pueden causar riesgos para los adolescentes, así como el abusar de la vida en las redes sociales. Aquí te contamos por qué.
Casi todas las personas tienen un teléfono celular. Algunas, incluso dos. ¿Cuántos padres les negamos a nuestros hijos adolescentes ese aparato que nos permite comunicarnos con ellos en todo momento, que nos deja saber cómo están y si necesitan algo? Creo que pocos. La verdad, es que somos los padres los que en principio encontramos conveniente que nuestros hijos/as tengan un teléfono móvil para poder localizarlos en todo momento y para que les sirva a ellos en caso de emergencia.
No es una novedad que los teléfonos celulares, también conocidos como telefonía móvil se haya expandido vertiginosamente a nivel mundial. Esta tendencia continúa y se incrementa a medida que aparecen nuevos equipos con más servicios de conectividad y funcionalidades más veloces que facilitan la interacción con los usuarios. iPhone, Blackberry, Smartphone. Como sea que se llamen, están ahí para que los usuarios estén “conectados” en todo momento.
Si te fijas, son los más jóvenes los que quizá se adhieren más a estas tecnologías y probablemente sean quienes más riesgos deben enfrentar.
Para quienes nacieron en esta “era digital”, es casi imposible imaginarse sin un teléfono móvil en la mano (o en el bolso) e incluso sin una computadora que tenga conexión al Internet.
¿Pero cuál es el riesgo de la tecnología? En principio, y como ocurre con otros aspectos de la vida, todos los excesos pueden ser malos. Más allá de esto, los peligros que recorren el ciberespacio hoy pueden ser muchos y variados, dependen del tipo de dispositivo de cómo se usa.
Por ejemplo, quienes utilizan las redes sociales corren el riesgo de ponerse en contacto con extraños que proporcionan identidades falsas con fines delictivos. Muchos adolescentes se valen de perfiles falsos para poder meterse en la vida de otros e incluso torturarlos psicológicamente. Otro caso perturbador es el que se conoce como “cyberbullying” o ciber acoso entre pares, que es cuando un adolescente se convierte en víctima de las bromas de mal gusto y de los comentarios ofensivos por parte de otros compañeros, en las redes sociales como el Internet.
Otro caso que se agrega a la lista, está relacionado con el uso excesivo de los teléfonos móviles. Un estudio reciente demostró que la hiper-conectividad debido al uso abusivo de los mensajes de texto podrían ser nocivos para los adolescentes.
Según esta investigación (desarrollada por investigadores de la Facultad de Medicina Case Western Reserve y difundida por el medio especializado Science Daily), los adolescentes que acostumbran enviar mensajes de texto 120 veces al día o más, son más propensos a haber tenido relaciones sexuales o consumido alcohol o drogas que aquellos jóvenes que no envían tantos mensajes. Además, son más propensos a sufrir depresión o anorexia.
¿Te parece que enviar 120 mensajes de texto por día es demasiado? Pues te sorprenderá saber la cantidad de adolescentes que superan esa cifra de envíos diariamente: uno de cada cinco estudiantes, específicamente, según el estudio; que además detectó que uno cada nueve estudiantes pasa tres horas diarias o más en redes sociales, mientras que uno de cada 25 pertenece a ambas categorías.
¿Ya estás pensando si tu hija/o pertenece a alguna de ellas y qué hacer al respecto? Me parece estupendo. Lo que es muy importante es la comunicación que tengas con él o ella, ya que, según los autores del estudio, si bien muchos adolescentes son susceptibles a la presión de sus amigos, también influye la actitud de padres permisivos o ausentes.
Por otro lado, una investigación sobre temas similares (realizada en el Centro de Trastornos del Sueño del Centro Médico JFK de Edison en Nueva Jersey) detectó que los adolescentes que siguen usando los celulares, las computadoras (ordenadores) y otros aparatos electrónicos a escondidas, después de haberse acostado supuestamente a dormir, tuvieron más probabilidades de sufrir trastornos del sueño que causan otras dificultades como déficit de atención con hiperactividad, alteraciones del estado de ánimo, ansiedad, depresión y mal funcionamiento cognitivo (cuando la mente no funciona bien y las habilidades del pensamiento se alteran) durante el día.
La vida en la red cada vez nos afecta más en la vida real. Hay un mundo virtual en el cual las personas siguen actuando como tales, de acuerdo a las posibilidades que les brinda la tecnología. Esto es mucho más notorio para quienes no conocen el mundo sin las denominadas tecnologías de la comunicación, que se apropian de ellas de manera natural y generan nuevos usos, muchas veces que ni nos imaginamos los que nacimos cuando estos adelantos ni siquiera existían en las películas de ciencia ficción.
El asesorarse y el promover un uso seguro de estos medios quizás sea la mejor manera de estar atentos y prevenidos ante estos riesgos y peligros.
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