sábado, 14 de diciembre de 2013

¿ES BUENO QUE NUESTROS HIJOS CREAN EN EL VIEJITO PASCUERO?

"Niñit@ espérame en noche buena"
Llega la Navidad y los árboles de Pascua, junto con la figura del Viejito Pascuero, inundan tiendas, catálogos de revistas y centros comerciales. Y aunque los adultos sabemos que la Navidad es también sinónimo de marketing, los niños pequeños gozan con estas fechas creyendo fervientemente en la existencia del Viejito Pascuero que recibe sus peticiones de regalos y en Nochebuena –siempre y cuando se porten bien-, recibirán sus obsequios como premio.

Mamá, no existe, Ya sé que tú compras el regalo, lo escondes y después se lo pasas a papá. El lo lleva a casa de la abuelita, que también lo esconde, y cuando salimos con los primos a buscar al viejito, el papá lo pone en el árbol”,… ¿Será verdad?

 

¿ES SANO QUE LOS NIÑOS CREAN EN ESTA FANTASÍA?

 

Como padres, muchas veces nos cuestionamos si es positivo que nuestros hijos crean en esta historia, o si hacemos bien al recalcar la existencia del Viejito cuando empiezan las preguntas del niño.

 

DESDE LA ÓPTICA EDUCACIONAL PARVULARIA

 

La creencia en este personaje da cuenta de habilidades y funciones cognitivas de los niños, el pensamiento mágico, la abstracción, la capacidad de creer en algo intangible. Además, favorece la fantasía y creatividad, habilidades fundamentales de la vida. Cada niño creerá  hasta cuando su experiencia de vida se lo permita.

Hay niños que, con alegría, lo descubren y otros con pena y desilusión. Es importante que los padres conozcan el sentir de sus hijos para acogerlos y contenerlos en su pena. Explicar a los niños que desde pequeño creyó en el viejo pascuero, cabe recordar que a veces el momento de saber la verdad siempre llega de parte de amigos y compañeros.  La respuesta de los padres  ser natural y más bien general, sin entrar en detalles que complican más a los adultos que a los propios niños.

 

DESDE LA ÓPTICA EDUCACIONAL SICOLÓGICA

 

La creencia en el Viejito Pascuero es propia de nuestra cultura occidental y es parte de la realidad a la que los niños están expuestos cotidianamente en estas fechas. Sin duda es un elemento que apoya las funciones de socialización de los pequeños con su entorno.

Creer en este personaje de abrigo rojo con barba blanca que viene del polo norte,  promueve en los menores un espacio en que lo mágico es posible y promueve el ejercicio de la fantasía como base de la creatividad.  El viejo pascuero, es una figura importante porque permite a los niños desarrollar su fantasía y habilidades de su mundo interno. Los pequeños tienen pensamiento intuitivo. No pueden deducir. A partir de los 8 años, existen mayores posibilidades que dejen de creer por el  tipo de pensamiento, más lógico, es decir distinguen fantasía de la realidad.

 

CREER Y DEJAR DE CREER

No existe una regla que indique cuál es la edad ideal para dejar de creer en el Viejo Pascuero, pues se trata de una experiencia diferente para cada niño. Jamás deben presionarlos a creer

En la medida en que ellos dejen de necesitar esta fantasía o más bien, la función que cumple, por sí solos la abandonarán,   los padres deben estar atentos a las necesidades de sus hijos, acogerlos y también sostenerlos cuando ellos se han dado cuenta de la realidad.

 

¿POSITIVO O NEGATIVO?

 

La creencia en el Viejo Pascuero no tiene ventajas o desventajas propiamente tales. El único punto en contra podría estar del lado  de los adultos en tanto no estemos atentos a la función de la fantasía en los niños, y por tanto no escuchemos y les impongamos una realidad que aún no pueden ver o intentando que mantengan algo en lo que han dejado de creer, según sea el caso.

 

También sería complicado que nos limitemos a ver en esta creencia una simple excusa para fomentar el consumismo en la familia y en nuestros hijos.



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